Miguel Peña G.

@miguepeg

Nunca antes frase alguna, había sido acuñada tan oportunamente en nuestro país. Durante años -dieciocho para ser exactos- los ciudadanos hemos sido invadidos, por retoricas circunstanciales y discursos grandilocuentes que buscan, además del latiguillo de los aplausos, narcotizar con el elixir electoral a las masas.

Las recientes expresiones ofrecidas por el actor, Edgar Ramírez, se transforman en una máxima de lucha democrática, sobre todo, en momentos donde la barbarie y el desprestigio engalanan a la plaga chavo-madurista enquistada en el poder que, sin reparo alguno, se vuelve a cada instante implacable, cruel e inmoral.

La mejor prueba de que los sátrapas, violentos, narcotraficantes y corruptos son menos, es que a pesar de la orgía destructiva que envuelve al socialismo del siglo XXI, la Venezuela decente se ha mantenido en firme resistencia, ante las pretensiones de una banda de mafiosos de perpetrarse -per secula seculorum- en el poder. Es decir, todavía podemos asegurar -sin temor a equivocarnos- que los valores democráticos, morales e institucionales inculcados durante cuarenta años, después de la caída de Pérez Jiménez, están arraigados; incólumes.

Pese a la destrucción económica y las violaciones de todo tipo, que han marcado y dejan al descubierto la farsa del “proyecto” socialista criollo, la infraestructura y las bases sociales heredadas de AD y COPEI se mantienen.

Si hablamos de corrupción encontramos: las licitaciones del sector eléctrico y petrolero, otorgadas a dedo a empresas de maletín; el caso del Bandes y Banfoandes, que detalla los manejos ilícitos de dinero en cuentas en Suiza, España, Panamá y Andorra; las oscuras cuentas de PDVSA; las exportaciones con la moneda virtual Sucre; el escándalo del exgobernador Isea; la ingente cantidad de militares involucrados en narcotráfico; Odebrecht; y para cerrar con broche de oro, la inclusión formal en la OFAC (lista Clinton) que hizo el Departamento del Tesoro de EUA, al Vicepresidente Tareck El Aissami, por su presunta participación en una red internacional de narcotráfico; aunado a la denuncia de venta de pasaportes venezolanos, a terrorista árabes -desde la embajada venezolana en Irak- donde también se involucra al Gobernador de Aragua. (fuente el Nacional).

Si a esta lista delitos rojos, sumamos las constantes violaciones de derechos humanos, el cercenamiento a la libertad de expresión, promoción de la violencia a través del hampa y grupos armados, la coerción política y social, supresión del derecho al voto, violación a la constitución a través de tribunales obsecuentes, se nos pinta un panorama donde parece que todo está perdido; pero increíblemente no es así.

Los venezolanos siguen en pie de lucha, sin miedo. En todo escenario adverso que la dictadura roja ha planteado -lleno de trampas e injusticias- los ciudadanos, sin respingo alguno han asumido el compromiso de país, de sociedad. Seguimos dando ejemplo de estoicidad ciudadana. Trabajamos día a día en la construcción de un mejor país; vivible y libre.

Los que no migran a otras tierras, organizaciones no gubernamentales, estudiantes, docentes, médicos, enfermeras, empresarios, transportistas, sindicalistas, Universidades, luchadores sociales, jubilados, partidos políticos, periodistas, policías probos, militares institucionales -que existen y padecen igual que nosotros- conforman un tinglado de voluntades, que muestran la esperanzadora convicción de salvar a Venezuela de las fauces inescrupulosas de esta pandilla de mafiosos.

Definitivamente, los honestos somos más. Cuando un grupo de trabajadores, reclama en su justo derecho, tener condiciones mínimas de trabajo, por encima de manejos turbios, deslealtades y ofrecimientos de cargos; es el fiel reflejo de ese axioma.

El día viernes, la ciudadanía se vistió de gala con otro ejemplo democrático civilista. Aplicando de manera fiel el artículo 350 de la CRBV y, en un acto de desobediencia contra la vulgar sentencia del “tsj” que suspendía las elecciones en la UCV, los estudiantes de La casa que vence las sombras, realizaron la consulta electoral para elegir al nuevo presidente de la FCU-UCV. No solo votaron los estudiantes -sin “cne”- en todas la Facultades y escuelas, sino que salió electa una mujer. La estudiante de Ciencias Políticas Rafaela Requesens, estará encargada de enarbolar las futuras luchas estudiantiles.

La UCV abrió una caja de pandora, que le augura, ciertamente, días oscuros a la dictadura. Con las elecciones universitarias del pasado viernes, los ucevistas reafirman la autonomía universitaria, reavivan la llama esperanzadora de la libertad -perdida en los últimos meses- y le dan un llamado de atención al régimen y a la MUD. No cabe dudas, no dejaremos ni entregaremos al país a la dictadura, porque los honestos somos más.

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