Por Mariángel Suárez Así lo veo yo

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Es maravillosamente mágica esta frase. Pero mejor es el sentimiento que se instala en nosotros cuando sentimos que alguien cree en nuestro potencial. Una vez que vamos por la vida por cuenta propia, somos dueños de nuestros triunfos y fracasos, y creo que está comprobado que lograr las metas no puede ser producto de la improvisación.

Shakespeare solía decir que todos los caminos son errados cuando usted no sabe a dónde ir, por lo tanto, las casualidades o la llamada suerte, no puede ser el plan para alcanzar lo que queremos. El país de uno está lleno de improvisadores de oficio, y ya sentimos las consecuencias, parece un barco a la deriva, de allí que celebrar cualquier éxito que alcanzamos por pequeño que sea debe convertirse en prioridad.

En este sentido, y para ilustrar un poco el orgullo que siento por el triunfo de un grupo de jóvenes universitarios venezolanos, al participar y ganar en un programa diseñado por las Naciones Unidas, voy a utilizar una de las frases súper atómicas de nuestra querida Valentina Quintero, para confesar que me lleno de contentura irreversible por el esfuerzo colectivo de estos chicos que se tradujo en un orgullo nacional, en una referencia, y en una muestra de que, pese a nuestra realidad, cargada de carencias lo más importante que tenemos se demuestra. Estos jóvenes, sus profesores, tutores y padres me demuestran, una vez más, lo fascinante que sigue siendo la libertad de la elección de la actitud personal frente a la vida.

Mantener los espacios en donde somos humanos pasa, necesariamente, por la inspiración. Esa inspiración que nos hace llegar a donde quizás no creíamos que podíamos hacerlo, pues como dice Dan Brown a veces el hombre llega mucho más lejos para evitar lo que teme, que para alcanzar lo que desea. Jamás pensé que la situación actual de Venezuela dejará instalado en mi vida el miedo, pero ese miedo que me permite ser valiente.

Somos unos valientes abriendo paso en el mundo, preservando nuestros valores en medio del caos y creciendo en medio del fango. Contra todo pronóstico, Venezuela por fin fue noticia para orgullo nacional, gracias no sólo a los jóvenes estudiantes que ganaron, agradezco también a todos los venezolanos diseminados por el mundo, que con su ingenio, creatividad y trabajo honrado dejan una parte de sus raíces en otro lugar.

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