Empresa familiar de catering especializado en dulces, pastelería y repostería
fina elaborada con el más alto respeto a la técnica, esmero y dedicación.
Donde se conjugan la tradición, sabor y técnica europea con el gusto y
saber criollo. Bajo la dirección de sus fundadores los hermanos Sevilla, y
junto a su equipo de trabajo, complementan experiencia y conocimiento
en aras de la máxima calidad y distinción, para satisfacer en sus eventos y
otros pedidos con dulces y postres pensados no solo para celebrar sino
también para recordar.
La historia de esta casa comienza durante la Navidad del año 2011 donde
realizan su primera Boda, para una respetable familia merideña que casaba
con un británico. Urgidos por encontrar un catering de dulces para el
festejo, Los Mora Leandro por medio de su hijo mayor convocan a Randall,
para ese entonces estudiante del Hotel Escuela. Junto a su hermano, un
equipo de amigos de la carrera y en la cocina de la casa, hornean y
decoran la torta de bodas y 1000 dulces para la celebración.
La infancia de los Sevilla fue dorada junto a los hornos de su familia, ya
fuera en casa haciendo galletas y dulces al lado de su abuela, o con la tía
Luisa, quien hacia vertiginosas tortas de bodas a pedido.
Aquel primer encargo en Mérida, resultó en fiestas y reuniones con
familiares y amigos, en las que no faltaban sus dulces, siendo un hobby que
se transformó en pasión y oficio. Para 2015 los hermanos deciden tomarse
en serio hacer de la pastelería su forma de ganarse la vida y preparan el
proyecto para fundar la empresa, que aunque hoy es un catering
especializado en dulces, su objetivo al mediano plazo es ser la mejor
pastelería, con local propio, de Caracas y Venezuela.
Sobre nuestros fundadores los hermanos Sevilla
Randall, como chef pastelero y director creativo de la marca, pone su sello
personal a cada creación que de su horno sale, desde que arma la receta
hasta su montaje en la mesa de dulces, es súper detallista, limpio, ordenado
y calculador. Sin duda alguna es un amante de su oficio al que define
como a una obra de arte efímera que brilla en el recuerdo. Si se le pregunta
sobre su ingrediente favorito, sin vacilar responderá que es el amor, pues
sin amor todo sabe agrio.
Es reconocido por su sencilla y elegante estética, ética y principios de
trabajo, por su osadía al ligar, experimentar y probar con nuevos y
delicados sabores, ingredientes olvidados y presentaciones simples pero
bellas. El valor que más transmite en su obrador es el respeto por la técnica,
el cuidado y buen tratamiento de sus productos, le gusta ir en persona a
tratar con los agricultores de las frutas que usa en sus dulces, temas sobre
su cosecha y cuidado para seleccionar las mejores, su mantra es respetar el
sabor y al producto.
Ama la honestidad de los sabores auténticos, “cada producto debe saber a
lo que se supone que sabe” Afirma. Amén de sus modelos a seguir, quienes
con su legado le siguen inspirando, grandes maestros como Pierre Hermé,
Gaston Lenôtre , Jordi Rocca, Antoine Carême y el personaje de ficción
Willy Wonka, quien lo inspira profundamente.
Randall, además de ser la cabeza creativa del negocio, es pastelero
certificado por Nestlè, estudió en el Colegio Universitario Hotel Escuela de
Los Andes Venezolanos. Ha sido asesor gastronómico, embajador del
Proyecto Plato, miembro de la Food Revolution de Jamie Oliver y ex
director de KanoboSur Venezuela. Su misión y propósito es llevar a todos y
cada uno de sus comensales preparaciones que les proporcionen una
experiencia gastronómica de otro nivel y generar en ellos bellos recuerdos,
ligados a sus dulces que siempre invitan a celebrar.
Antonio, como presidente y director comercial del negocio, es un
emprendedor nato, con un alto sentido de la oportunidad, se encarga de la
promoción de la empresa y de la atención al cliente. Le sale natural por sus
estudios en economía, mercadeo y publicidad.
Se confiesa amante de Venezuela, de todos sus rincones y sabores en
especial el arroz con leche, la torta de queso caraqueña y de su torta de
chocolate. Su visión del negocio es clara y sencilla: tener un dulce, postre o
torta de El Dulce en cada celebración, evento y hogar. El respeto, la
honestidad, pasión, apoyo y confianza son los valores que día a día
transmite en el negocio.
Pastelería y repostería fina para celebrar
Nuestra más firme creencia es que “toda celebración merece un dulce“. Por
ello es que todas las preparaciones que salen de nuestros hornos son
hechos para celebrar. Desde las celebraciones y ágapes más sencillos hasta
los de más alta coloratura y postín, no hay matrimonio, bautizo, primera
comunión, bar mitzbah, merienda o cumpleaños que pueda resistir
adornarse con las mesas de dulces que esta casa de pastelería diseña y
monta.
Nuestra lista de dulces es muy amplia, es una muestra del amor que
sentimos hacia nuestros clientes y hacia nuestro oficio, hay para todos los
gustos. Desde shots de mousses de chocolate, parchita o ponche crema
hasta los de arroz con leche, bienmesabe o cabello de ángel.
En nuestras mesas se pasean en bandejas: mini tartaletas de fresa, mora,
chocolate –y pare usted de contar. Mini pies de limón, manzana o calabaza,
profiteroles y macarons de todos los sabores, trufas, bombones y galletas,
como las clásicas e infaltables polvorosas y palmeritas o más anglosajonas
como las crinkles de chocolate o red velvet.
Pensamos igual que Julia Child: “¡Fiesta sin torta es reunión!” somos
conocidos no solo por nuestras mesas de dulces sino por nuestras tortas y
las hacemos para todos los gustos, como nuestra torta de chocolate o
choco-caramelo, amada y deseada por todos, su secreto no es más que la
materia prima que usamos, cacao de la mejor calidad y chocolates de El
Rey y Franceschi, clásicas como la torta de naranja, la marquesa de
almendras o de chocolate y la de arequipe o café, otras más extranjeras
pero igual de queridas y deseadas como la neoyorkina red velvet, no solo
es una de nuestras tortas más vendidas, la hacemos con nuestra versión de
la receta del Hotel Waldorf, donde por supuesto usamos remolacha para
darle su característico color, otra de nuestras consentidas es la torta de pie
de limón (una versión del pie) y para acompañar una buena conversación
y café la muy tradicional americana, coffeecake clásica o de canela.
Nuestra lista no podría estar completa sin incluir a la global y muy en boga
torta desnuda, la favorita de las bodas, nuestra versión es una torta bella,
sexy y súper chic, que aun sin ropa, pues no lleva ni fondant ni crema que
la cubran, es objeto de deseo de todo el que la ve. No es más que un
layering de capas de ponqué húmedo de mantequilla bañado y perfumado
por una confitura de frutos rojos o ganache de chocolate y almendras.
Entre cada capa de ponqué presume sin reparos de un relleno de untuosa
crema blanca o de chocolate y se corona cual Reyna con frutos rojos y
flores de estación.
Para esta casa y su chef, Venezuela es dulce, nuestra línea criolla está llena
de guiños al mítico Libro Rojo de Armando Scannone y en ella ofrecemos
parte de nuestro saber, con afán de rescatar el savoir faire de los saraos y
grandes fiestas de la Venezuela que todos extrañamos, de esa época
dorada Randall extrae, versiona y presenta una línea que va desde la torta
bejarana hasta la María luisa, sin dejar de lado al negro en camisa, por
mencionar algunos.
También se pueden encontrar como opción para celebrar los típicos dulces
de abuela que brillan en shots para degustar o en frascos para darse gusto
y compartir en familia, como el de lechosa, piña y cabello de ángel, y esas
jaleas y mermeladas que generan suspiros como la de guayaba, la de
mango o la de higos. No podían faltar los típicos dulcitos de leche
abrillantados, en honor a Mérida y las torticas de queso criollo en honor a
Caracas, a las que nuestro chef corona con una confitura de guayaba.
Un servicio de calidad y excelente atención
En El Dulce buscamos caracterizarnos por dar el mejor servicio y atención
personalizada a cada uno de nuestros clientes. Para nosotros es
fundamental que se sientan felices y bien tratados. Decoramos,
organizamos y diseñamos junto al decorador de cada evento nuestras
mesas de dulces, las que son montadas y supervisadas por el chef pastelero
y su equipo en persona.
Coordenadas:
– Para celebraciones y eventos grandes, la casa recomienda reservar la
fecha y hacer el pedido con al menos dos meses de antelación.
– Para pedidos de eventos a destino (Colonia Tovar, Margarita, Los Roques,
Canaima, etc.) debe realizarse bajo previo acuerdo con el equipo de El
Dulce.
– Horario de atención y respuesta: de lunes a viernes, horario de oficina.
– Para más información escribir a infoeldulce@gmail.com