Lunes 13 de febrero 2017 – hora 08:00 pm

Los bienes de El Aissami y de su socio, el empresario Samark José López Bello, en Estados Unidos fueron congelados

El vicepresidente de Venezuela, Tarek El Aissami, quien es investigado en Estados Unidos por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y movimientos extremistas del Medio Oriente, fue incluido el lunes en la lista negra del Departamento del Tesoro, en una medida que conlleva el congelamiento de una fortuna estimada en varios miles de millones de dólares.

La medida también involucra a Samark López Bello, quien es acusado de ser el principal testaferro de El Aissami, y cerca de una docena de empresas vinculadas con el empresario venezolano.

Como resultado de la acción de hoy, las propiedades y otros activos en Miami vinculados con López Bello han sido bloqueados, reportó el Departmento del Tesoro en un comunicado.

Con la designación, El Aissami ingresó a la lista ya ocupada por otros integrantes del chavismo señalados como narcotraficantes por la Oficina de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC).

“Las acciones de la OFAC del día de hoy son la culminación de una investigación de varios años […] de narcotraficantes venezolanos de envergadura y demuestra que el poder y las influencias no protegen a quienes participan en estas actividades ilícitas”, dijo el Director en funciones de la OFAC, John Smith, en un comunicado.

“Este caso resalta el continuado enfoque en los narcotraficantes y en quienes ayudan a lavar sus recaudos ilegales a través de los Estados Unidos”, agregó.

Las autoridades estadounidenses calculan que El Aissami, uno de los hombres más temidos de Venezuela, tiene una fortuna personal que supera los $3,000 millones.

El Aissami, quien no oculta sus aspiraciones presidenciales, era investigado por la justicia de Estados Unidos desde hace varios meses, siendo considerado como uno de los principales jefes de las operaciones de narcotráfico en Venezuela y su nombramiento es visto como nueva evidencia del carácter criminal del régimen.

La designación por la OFAC se produce pocas semanas después que El Aissami fuese nombrado por el gobernante Nicolás Maduro como vicepresidente ejecutivo, paso que denota un significativo cambio en la estructura del poder del chavismo y el triunfo del procastrista Frente Francisco de Miranda sobre la pugna interna que sostenía con el ala militar nacionalista del régimen.

El nombramiento coloca a El Aissami en primera fila para convertirse en presidente de Venezuela si Maduro llegara a abandonar el cargo, pero más alarmante para muchos son los vínculos que mantiene con organizaciones extremistas de Oriente Medio, incluyendo el Hezbolah.

Según Luis Fleischman, asesor senior del Center for Security Policy y profesor adjunto de Barry University, El Aissami es uno de los más importantes contactos que estas organizaciones tienen en América Latina.

“Es uno de los principales contactos de Venezuela con Hezbolah”, señaló Fleischman, quien ha investigado extensamente al régimen bolivariano. “Ha estado brindando apoyo logístico y financiero a estas organizaciones”.

Un informe elaborado en el 2014 por el Centro para una Sociedad Libre y Segura (SFS) resaltó que El Aissami jugaba un papel estelar en los esfuerzos por el fundamentalismo islámico por crear una red para financiar el terrorismo desde América Latina.

“A lo largo de los años, Tarek El Aissami ha desarrollado una red financiera sofisticada y de múltiples niveles que funciona como una tubería criminal terrorista para traer militantes islámicos a Venezuela y a países vecinos, y para enviar fondos ilícitos desde América Latina hasta Oriente Medio”, resaltó el informe.

El Aissami “ha usado su prominencia política para establecer canales de inteligencia y de finanzas con los países islámicos, particularmente con Siria, Líbano, Jordania, Irak e Irán”, declaró el informe.

La investigación también concluyó que el nuevo vicepresidente, cuando se desempeñaba como Ministro del Interior, otorgó pasaportes y otros documentos venezolanos a integrantes de estas agrupaciones, según el informe de la SFS.

“La mayoría [de los 173 individuos] contaban con pasaportes venezolanos, pero no todos. Otros tenía cédulas de identidad, y otros tenías visas venezolanas. En algunos casos, estos individuos tenían certificados de nacimiento”, comentó Joseph Humire, director ejecutivo del SFS y uno de los autores del informe.

“[Los individuos] eran de Irán, Irak, Siria, Jordania y el Líbano. Pero la mayoría eran de Irán, el Líbano y Siria. El 70 por ciento provenía de esos países y tenía algún tipo de vinculación con el Hezbolá”, agregó Humire desde Washington.

elnuevoherald

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