Por Anahís Cruz

Su vida está llena de saltos y giros, con cambios de dirección e ideas constantes, es Alfredo Jorge, un venezolano hijo de canarios que ha tenido una vida cambiante, es multifacético, lo que le ha permitido experimentar en diversas áreas hasta consolidarse entre los mejores chocolateros del mundo con sello y cacao venezolano.

Nació en Caracas, en la parroquia San José, pasó su infancia entre Venezuela y España, combinando culturas y aprendizajes que formaron su carácter y de los que heredó la inquietud y arriesgarse a por conocer nuevos horizontes y vivir grandes experiencias y cambios en su vida.

De niño experimentaba desarmando y armando viejos aparatos en su casa, siempre con la imaginación activa y la inquietud viva. Decía que quería ser músico, pero nada cerca de la realidad que hoy vive entre mezclas de manteca, cacao y azúcar.

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Alfredo está convencido que el haber viajado y el haber conocido otros países le abrió los horizontes y formaron la persona que es hoy. Vivió y estudió en Londres, Reino Unido, y siente que a partir de allí su vida giró a un cambio profundo. «Fue bastante trascendental para mi, cuando regresé a Venezuela viaje al Amazonas para hacer pesca ornamental. Son esos momentos que te pasan en la vida, que si sabes identificarlos te ayudan a formarte».

Conexión con el Amazonas

En su juventud, con el ímpetu de la edad y con el deseo de vivir nuevas experiencias, Alfredo Jorge decidió salir de la ciudad y entró en contacto con la naturaleza y con las comunidades indígenas del sur del país. En ese mundo apartado de la civilización cruzó ríos en chalanas y vivió rodeado sólo de la naturaleza, en lo que llamó en «el medio de nada». Llegó a cambiar un arpón por un arco y una flecha con el que aprendió «pescar a la antigua». Para la época no existían vías de penetración y tuvo que cruzar más de cuatro ríos.

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Hoy Jorge afirma muy orgulloso que conoce los estados Bolívar y Amazonas en Venezuela, la flora y fauna que regala la selva virgen. Por cosas del destino y los daños en el vehículo rústico en el que viajaba terminó viviendo más de dos meses en medio de la nada, acompañado por los indígenas de la zona. Después de muchos años confirmó que todas esas experiencias le cambiaron la vida.

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Tras regresar a Caracas pensó que jamás volvería a la selva pero aseguró que «el Amazonas te llama». A los tres meses regresó, «la idea de estar allí me llamaba, tiene algo especial, cuando estás allí te sientes cacique, dueño del mundo, te enseña otras cosas, te enseña a ser parte de ella, te unificas con el ambiente con esa experiencia, fue una de las cosas que mas me gusto». Con esas experiencias se mudó a Caicara del Orinoco y se dedicó a la pesca ornamental por año y medio, sin embargo con la fuerza e inquietud que regala la juventud sentío que no debía seguir allí.

Junto a su esposa viaja a Japón y en ese ir y venir terminó asentado al otro lado del planeta apostando al cacao y al chocolate venezolano.

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Nace «Zoku Cacao»

Luego de sus muchas y diversas experiencias entre la amazonía venezolana, Londres, drones en España y peces ornamentales, Alfredo Jorge triunfa en Japón con Zoku Cacao que en español quiere decir «La Tribu del Cacao». Jamás imaginó que terminaría justo al otro lado del mundo y mucho menos pensó que sería un «experto chocolatier». «Zoku Cacao» es hoy más que un sueño, es una tienda donde Jorge fabrica su propio chocolate con cacao de origen venezolano y con el que ha sido merecedor de múltiples premios que reconocen la calidad de sus productos.

La curiosidad innata en él, lo llevó a preparar por simple curiosidad chocolate casero con unos cacaos que llevó a Japón desde Venezuela. «Le regalé a mis amigos y vecinos y comenzó a gustar. Es allí que decidí hacer mi propio negocio».

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Su vida llena de sorpresas lo llevó a perfeccionarse en el arte de elaborar chocolate luego de viaje a Venezuela para comprar cacao y quedarse atrapado en medio de la pandemia de Covid-19. “Aproveché ese tiempo para hacer cursos de bombones, chocolates, agricultura, conocer del cacao».

Con orgullo Alfredo Jorge reconoce que es «un chocolatero accidental, fui a filmar al caribe y terminé explorando el mundo del chocolate». No abandona la idea de crecer con su marca «Zoku Cacao», espera expandir la marca a través una franquicia y llegar con su nombre a Dubái, Shangai, París, Madrid y Ocumare de la Costa.

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Actualmente trabaja sólo y exclusivamente con cacao venezolano los cuales considera como los mejores del mundo y con los mejores sabores. «Empecé hace tres años y medio con cacao de Patanemo pero al que ya le ha sumado cuatro orígenes más, para llegar a un portafolio con chocolates de 12 orígenes.

Alfredo Jorge hoy cuenta con grandes reconocimientos por la calidad del chocolate que elabora con cacao venezolano y que combina con sabores del mundo.

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«En la vida te puedes caer muchas veces, pero cuando te caes tienes que levantarte y seguir, darle y darle hasta que lo consigues» es el mensaje de Alfredo Jorge, un venezolano migrante que no se cansa de reinventarse, de descubrir nuevos potenciales y en apostar por la vida, aunque todo parezca cuesta arriba.

 

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Producción: Leider Durán y Circuito Noticias.