Por: Cecilia García Arocha
Por: Cecilia García Arocha

La educación es el mayor tesoro de una sociedad. A través de ella se forman mejores seres humanos, ciudadanos dignos y participativos, profesionales capaces de enfrentar nuevos retos, personas capaces de elegir un oficio y prepararse como respuesta a la dimensión de su compromiso.

En el noble oficio de formar una sociedad preparada, poseedora de conocimiento y de valores que le permitan elegir un camino de satisfacciones tanto individuales como colectivas,  confluyen maestros, profesores, formadores de una generación tras otra. Hombres y mujeres comprometidos con una de las tareas más gratificantes del ser humano, la capacidad de brindar herramientas para que las personas a quienes enseñas tengan la posibilidad de accionar y de participar en el engranaje que significa ser parte de una sociedad activa y representativa. La educación y la formación son las principales herramientas para que el ser humano pueda defender su derecho a la libertad.

Nuestra ilustre Universidad Central de Venezuela próxima a sus trescientos años de historia, ha formado una generación tras otra de profesionales brillantes. Ser egresado de nuestra máxima casa de estudios siempre ha sido motivo de orgullo. Los Ucevistas se reconocen los unos a los otros como poseedores de una fortuna incalculable: la maravillosa experiencia de haber transitado unas aulas, que durante tanto tiempo han revestido de dignidad a cada uno de sus estudiantes, por los principios  de libertad y de pluralidad que en ellas se imparten y se defienden.

Como tutora de ese tesoro que es la educación en nuestra universidad y de la posibilidad de que nuestros egresados, así como los egresados de nuestras máximas casas de estudio a nivel nacional sientan que se valoriza el tiempo, el esfuerzo, la inversión económica e intelectual, así como la dedicación y respaldo familiar que significa formarse profesionalmente, convoco a nuestra sociedad a reencontrarnos con la máxima indiscutible de que sin educación nuestra sociedad no tiene posibilidades de desarrollo.

Hoy más que nunca es importante preparar, entusiasmar, formar a nuestros jóvenes. Construir posibilidades con una visión puesta en el futuro. Debemos asumir que necesitamos del aporte y conocimiento de cada uno de nuestros profesionales para abordar en un indiscutible trabajo en equipo, el funcionamiento, composición y activación de nuestras instituciones, empresas y organizaciones profesionales. Debemos construir unas condiciones que favorezcan la formación en todos sus aspectos para que nuestros profesionales sientan las seguridades y garantías necesarias, así como el entusiasmo para continuar, aportar, y sobre todo defender unos principios y valores que forman parte del erario indiscutible que deberán transmitir a las nuevas generaciones.

Hoy más que nunca es imprescindible rescatar la majestad que confiere la educación a quien la imparte, la recibe  y la practica.  Sin ella no hay retos posibles y uno de los principales retos es el crecimiento de nuestro país.

 

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