Martes 2 de Mayo 2017 hora 04:50 pm

Los pacientes con esta enfermedad tienen mayor riesgo de desarrollar depresión.

De acuerdo con las Guías de la Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias (ERS), debido al aumento en la prevalencia del Asma en un 50% cada década, se estima que para el 2025 cerca de 400 millones de personas sufrirán de Asma. Actualmente 325 millones de individuos en el mundo padecen esta enfermedad, que representa uno de cada 250 muertes.

El asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo. Más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos. En Latinoamérica cerca de la mitad de los países tienen una prevalencia de Asma en la infancia por encima del 15%, en el caso de Colombia, esta cifra rodea el 14.2% de la población.

Entre 5 y 10% de la población total con esta enfermedad, presenta asma severa que no está controlada de forma adecuada. Estos pacientes pueden costarle al Estado dos veces más que un paciente con la enfermedad bajo control, pues tienen mayor riesgo de hospitalizaciones y mayor índice de visitas a urgencias.

Con frecuencia el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado. Frente a esta situación, en Colombia el 69,9%, es decir, cerca de 3.1 millones de personas con asma siguen presentando síntomas y ataques aún sin saber que se trata de esta enfermedad. Esto genera una importante carga para los pacientes y sus familias, al condicionar la calidad de vida del paciente con asma.

Los pacientes con asma tienen mayor riesgo de desarrollar depresión, lo que afecta su calidad de vida, al sufrir de alteraciones del sueño, estrés, ansiedad, ataques de sibilancias (silbidos en el pecho al respirar), dificultades para hablar y restricciones en la vida social.

El impacto que genera esta enfermedad sobre el paciente, y la discapacidad que produce, puede ser similar a la que experimenta una persona con cirrosis, diabetes o esquizofrenia. El costo económico del asma es considerable, tanto en términos de costos médicos directos, como los ingresos hospitalarios y el costo de los productos farmacéuticos; como también los costos médicos indirectos (tiempo laboral y muerte prematura), pues esta enfermedad causa la pérdida de 20 millones de días de trabajo en los pacientes adultos.

Sin embargo, actualmente existen diferentes tipos de tratamientos que mejoran considerablemente la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles realizar actividades básicas del día a día como subir escaleras y caminar sin sentir fatiga o ahogo.  Incluso, los pacientes que siguen un tratamiento adecuado, retoman el ejercicio dentro de su rutina diaria.

Agencia de noticias de Colombia.

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