Jessica Palma, a diferencia de sus coterráneos, eligió (o el destino le indicó) un destino distinto. Eso sí, lo mismo que hacía en Venezuela: enseña tenis.

Jessica Palma, a diferencia de sus coterráneos, eligió (o el destino le indicó) un destino distinto al de la mayoría de los venezolanos. Eso sí, lo mismo que hacía en Venezuela lo hace en Omán: enseña tenis y tenis de playa.

“Di una clínica en un torneo en Dubai. Estuve en cancha con (Rafael) Nadal, (Novak) Djokovic, (Dominic) Thiem y (Karen) Khachanov; allí se me acercó una persona que me ofreció dar otra clínica en Omán y acepté”, comentó Palma en una entrevista con el portal digital Triángulodeportivo.com.

“Vine a los meses y le di la clínica a niños y adultos. Me encantó el ambiente, la tranquilidad y seguridad. Los omaníes son personas muy conservadoras, no les gusta mucho que se sepa cómo se vive acá”.

Antes de llegar a Omán, uno de los países árabes que ha flexibilizado los derechos de las mujeres –ya pueden votar, postularse a cargos públicos, conducir o abrir cuentas bancarias sin autorización de sus esposos- Palma vivió en Dubai al salir de Venezuela.

Una oportunidad laboral en el deporte de sus amores la llevó al otro lado del mundo, pero agrega –como muchos otros lo han declarado- no le fue fácil dejar su vida en su natal Barquisimeto para emprender un nuevo viaje.

“En Venezuela dejé muchas cosas. Obviamente que lo que más me dolió fue mi familia y mi academia de tenis. Tenía muchos años formando a buenos tenistas y ahora ellos entrenan con otros entrenadores; mi esfuerzo se lo llevará otro. Pero así es la vida, hay que aprender a soltar”.

FUENTE:  Triángulo Deportivo

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