Por Mariángel Suárez Así lo veo yo
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Nosotros, los venezolanos, tenemos una resistencia inigualable. Hemos demostrado en cualquier escenario que somos de largo alcance. Hoy en día, la resistencia se vive en cada rincón de este país, no existe, y no me equivoco, nada que esté dentro del territorio nacional que no se encuentre sometido a un proceso de escasez, dejadez, o a cualquier otro verbo que pueda conjugarse y que signifique crisis, carencia o angustia.
Sin embargo, hoy se cumplen 93 días en el que este término cambio su significado. En Venezuela, la definición de “resistencia” no se lee se vive, se ejerce y, por qué no, se padece.
Tanto es una manera de vivir, que las calles y avenidas de esta nación están impregnadas de los gritos, el anhelo y la fuerza de libertad que mantiene a miles de personas exigiendo un cambio radical en el rumbo de este país.
Resistencia en Venezuela, es igual a una madre que acompaña a su joven hijo a manifestar, pacíficamente, porque no puede esperar en su casa mientras él se enfrenta a una tiranía.
Resistencia en Venezuela, es encomendarse a una deidad y bendecir cada paso que se da cuando se calienta el asfalto.
Resistencia en Venezuela, es tratar de imaginar una tierra libre y bonita y, aunque muchos no la conocieron, luchan por una nación llena de oportunidades y de prosperidad.
Resistencia en Venezuela, es enfrentarse a los actos más crueles que se repiten en esta tierra como una pesadilla de la que creemos no vamos a despertar.
Resistencia en Venezuela, es reconocer con tristeza que la indiferencia de algunos puede ser testigo de la represión más brutal a un grupo inmenso de jóvenes estudiantes, que fue y sigue siendo sometido a maltratos, y ser incapaces de levantar la voz, romper el vidrio y tratar de arrancárselos de las garras a tanta maldad. Creo que esas personas aún deben sentir una opresión en el pecho por no haber levantado la voz.
Resistencia en Venezuela, es la esperanza pintada con el tricolor, las consignas y un movimiento de personas que lucha sin dar marcha atrás por recuperar la democracia, la justicia y los valores de los venezolanos.
Resistencia en Venezuela, se escribe, se oye y se siente con aires de libertad y con el miedo transformado en coraje.
Como yo lo veo, la resistencia en Venezuela no tiene marcha atrás, fíjense que dije marcha atrás y no retroceso, porque mi tierra está sumida en el atraso desde hace dos décadas, gracias a un proyecto socialista que nació de la mente de un resentido y que saqueo a todo un país.
Es por ello, que somos un contingente de personas en resistencia que trata de barrer el polvo de esta pulverización de valores, procesos, instituciones. Lo más importante de una historia son los cierres, y el de esta etapa de Venezuela es complicada y cruel, pero no dudemos que está repleto de la determinación más increíble que me ha tocado presenciar.
Para cerrar debo decir que, aunque algunos piensan, y con razón, que en Venezuela bajo este régimen seguiremos graduando mesoneros para el mundo, las aulas de mi país se siguen llenando de esperanzas. Porque la resistencia significa un modo de vivir por estos tiempos, y no existe mejor maestro para la vida que enfrentar a los demonios y salir fortalecidos en el proceso.
